El punto de partida: ¿Qué es realmente el desarrollo personal?
A veces he sentido que estoy atrapado en una rutina, que los días se me escapan y no he dejado mi huella. Otras veces simplemente he sentido que algo falta, aunque realmente, no sé qué es. En ese momento en que surge dentro de mi una pregunta silenciosa pero muy poderosa:
¿Estoy creciendo? ¿estoy yendo en la dirección correcta? ¿tiene sentido lo que hago?
Para mí, el desarrollo personal como “camino” empieza cuando te haces esa pregunta. Pero no se trata de una serie de pasos para volverse perfecto; ni mucho menos, de tener todas las respuestas. Se trata de empezar a mirarte de verdad, con honestidad, sin máscaras y sinceramente.
Comencemos a desmontar mitos: No se trata de autoayuda ni frases bonitas
Durante mucho tiempo se ha confundido el desarrollo personal con una serie de frases motivacionales pegadas en la pared o libros que prometen cambiarte la vida en 21 días. Básicamente, porqué el crecimiento personal no es una tendencia ni un producto. Es un compromiso contigo, con tu historia y con lo que quieres construir a partir de ella.
Tampoco es fingir que todo está bien, por el contrario, es tener la valentía de ver lo que duele, lo que incomoda, lo que (seamos sinceros) has evitado por años. Es un camino real, y si, implica un esfuerzo; pero ten la certeza de que lograras una gran recompensa, que es: reconectar contigo y vivir con más sentido.
Beneficios reales del desarrollo personal
Como te mencioné, no es hablar de desarrollo personal partiendo de promesas vacías; es hablar de cambios que se notan en la forma en que vives, piensas y te relacionas. Así que, no es magia, es proceso, pero es un proceso que transforma, al iniciarlo puedes comenzar a lograr:
- Mayor claridad para tomar decisiones.
- Capacidad de poner límites sin culpa.
- Mejora en la autoestima y la autocompasión.
- Reducción del estrés y mayor bienestar emocional.
- Relaciones más sanas y conscientes.
Como escribió Mark Manson: “¿Qué tanto dolor estás dispuesto a soportar?” Y yo le añado: ¿Vale la pena?
(Spoiler: si, vale la pena).
Principios clave para iniciar
Si, si, de acuerdo, te dije al principio que no se trataba de cinco pasos y listo. Pero, si estás pensando en empezar “tu” camino de desarrollo personal, hay algunas ideas que te comparto y podrían ayudarte a mantener la ruta:
1. Empieza desde donde estás, hoy, ahora, con activos y con pasivos.
Nunca, desde donde crees que deberías estar.
2. No necesitas tener un plan perfecto, solo necesitas empezar.
De hecho te comento: el sentido de planear, no es evitar equivocarse, sino de minimizar riesgos.
3. Escúchate más de lo que te juzgas.
Cómo le pregunto a algunos clientes: ¿No crees que te estás “dando muy duro”?
4. No te compares, cada quien tiene su propio ritmo.
Es más, que ni se te pase por la cabeza es de: Quiero ser como…. O quiero llegar a donde Pepito llegó…
5. Sé constante, pero no cruel contigo.
Piensa como cuando comienzas el gimnasio, no vas a levantar 150 kilos al finalizar la primera sesión, pero segurísimo si vas a levantar 10 y luego aplicas interés compuesto.
Mira, en serio, nadie lo hace perfecto, pero quien empieza con honestidad, ya está más cerca de crecer que quien espera a tener todo resuelto.
¿Cómo empezar? (5 acciones concretas)
Si, si, de acuerdo, te dije al principio que no se trataba de cinco pasos y listo, ni de recetas infalibles, pero al menos considera esto para comenzar hoy mismo:
1. Escribe como te sientes
Generalmente reciclo todo el papel de la impresora, le hago un gran nudo y lo junto como esos libros antiguos y ahí escribo todos los días, te sugiero que lo hagas (no salgas corriendo a comprarte el diario que titularás mi camino al desarrollo). No, por dios, no…
Más bien arma ese bloque de hojas recicladas donde podrás comenzar a escribe cómo te sientes, sin filtro (sinceramente), hazlo durante una semana. Comienza a conocerte con sinceridad.
2. Dedica 10 minutos al día solo para ti.
Sin celular, ni tareas, ni culpa, como dicen: mirando para el techo. No creas, hacer nada, tiene su ciencia.
Eso hazlo en esa primera semana y trata de convertirlo en un hábito, 10 minutos al día de hacer nada.
3. Ya luego de esa introspección previa, ahí sí, comienza haciendo una lista de cosas que te gustaría cambiar o mejorar. No para exigirte, sino para orientarte.
Lee o escucha algo que te inspire.
Seamos honestos. Si eres de la generación Z, probablemente prefieras escuchar algo que te inspire, como un podcast, una charla TED o un video breve, más que leer un texto largo. Y está bien. El desarrollo personal no solo motiva, también confronta. Busca contenido que no solo te haga sentir bien, sino que te haga pensar.
Si eres millennial, quizás sí disfrutes leer un artículo bien escrito, una entrada de blog o incluso un libro que te rete a mirar dentro de ti. Busca esas lecturas que no prometen fórmulas mágicas, sino preguntas poderosas.
Y si eres de la generación X o anteriores, es posible que encuentres más profundidad en los libros físicos, en biografías, en ensayos o incluso en el silencio. El desarrollo personal no tiene una sola forma: a veces está en un buen libro, a veces en una conversación significativa, y otras, en detenerte a escuchar lo que ya sabes pero no te habías dicho
4. Piensa en la persona que más amas en este mundo; ¿Viene a tu mente como le hablas?
Eureka, habla contigo como hablarías con alguien que amas. Como dicen algunos: “háblate bonito” En serio, es más difícil de lo que parece, pero ese, creo, que será el verdadero inicio.
A manera de cierre
Para unos el punto de partida llega cuando estás cansado.
Para otros, cuando sienten curiosidad.
Para otros más, cuando simplemente ya no pueden seguir como están.
No importa desde dónde llegues. Lo importante es que te encuentres.
Y tú… ¿desde dónde sientes que estás empezando hoy?
Te comparto un recurso descargable
(Dale clic derecho, copia y pégalo donde quieras):
Descárgalo, respóndelo con calma y úsalo como brújula para este camino que hoy eliges empezar.